¿Me has visto? Quize saber; aunque sencillamente quería saber qué tanto me había visto hacer. No era sencillo verlo a la cara, aunque llevaba siglos de práctica; me conocía, él conocía un lado que nada ni nadie había visto. Mi mente divagó, me sentía en una pesadilla que a la vez era un hermoso sueño… "¿Qué haría?" Me pregunté desesperada a mí misma. ¿Me iría, huyendo como en otras ocasiones? Sólo borrando los rastros de mi existencia…. ¿Borraría su memoria? ¿O volvería a dormitar en el sepulcro?
Quería saber qué haría, necesitaba saber cuáles eran sus intenciones al haber vuelto. Sentía mi rostro ardiendo, una flama comenzó a encenderse dentro de mi cuerpo. Pronto me dí cuenta… Si no me daba una respuesta, mi cuerpo se consumiría con el primer rayo de sol, justo como aquella vez…no quería vivir de nuevo algo como eso ¿Qué haría…?
Me eché a correr. No tenía oportunidad contra él. Sus ojos ardían con el fervor y el salvajismo de una pantera en pleno ataque hacia su presa. No había cambiando en nada. Su expresión, su complexión, su sonrisa provocadora y vil dibujándose en su tez de porcelana fría. Sin saber cómo, llegué a casa, era demasiado tarde, mucho más tarde que la hora límite que tenía para llegar. Eran las 4:45am, estaría en problemas.
Me deslicé sigilosamente por la puerta, con pasos gráciles de gacela, evitando hacer cualquier ruido, por pequeño que fuera. Sabía que me esperaban, como cualquier par de padres ordinarios… seguramente tendrían preguntas como “¿Dónde estabas?” “¡Estábamos preocupados!” “¿Porqué te fuiste de esa manera?” “No me respondiste el teléfono celular”…
Me encontraba pensando en todo esto, cuando, accidentalmente, pisé la cola del gato que dormía plácidamente en el suelo, y éste se levantó de un salto, exaltado y muy asustado dando al mismo tiempo gemidos de dolor. De pronto, escuché pasos que bajaban por las escaleras al salón principal de la mansión.
Y entonces, mi supuesto padre comenzó con el interrogatorio.
Quería saber qué haría, necesitaba saber cuáles eran sus intenciones al haber vuelto. Sentía mi rostro ardiendo, una flama comenzó a encenderse dentro de mi cuerpo. Pronto me dí cuenta… Si no me daba una respuesta, mi cuerpo se consumiría con el primer rayo de sol, justo como aquella vez…no quería vivir de nuevo algo como eso ¿Qué haría…?
Me eché a correr. No tenía oportunidad contra él. Sus ojos ardían con el fervor y el salvajismo de una pantera en pleno ataque hacia su presa. No había cambiando en nada. Su expresión, su complexión, su sonrisa provocadora y vil dibujándose en su tez de porcelana fría. Sin saber cómo, llegué a casa, era demasiado tarde, mucho más tarde que la hora límite que tenía para llegar. Eran las 4:45am, estaría en problemas.
Me deslicé sigilosamente por la puerta, con pasos gráciles de gacela, evitando hacer cualquier ruido, por pequeño que fuera. Sabía que me esperaban, como cualquier par de padres ordinarios… seguramente tendrían preguntas como “¿Dónde estabas?” “¡Estábamos preocupados!” “¿Porqué te fuiste de esa manera?” “No me respondiste el teléfono celular”…
Me encontraba pensando en todo esto, cuando, accidentalmente, pisé la cola del gato que dormía plácidamente en el suelo, y éste se levantó de un salto, exaltado y muy asustado dando al mismo tiempo gemidos de dolor. De pronto, escuché pasos que bajaban por las escaleras al salón principal de la mansión.
Y entonces, mi supuesto padre comenzó con el interrogatorio.
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Fragmento de una historia que estoy escribiendo con una amiga. Planeamos que sea extensa y ya llevo 5 caps. Si gusta, tal vez suba los demás, avanzaré en vacaciones (:
Fragmento de una historia que estoy escribiendo con una amiga. Planeamos que sea extensa y ya llevo 5 caps. Si gusta, tal vez suba los demás, avanzaré en vacaciones (:
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