Fue un sueño, tal vez realidad
Que aquel ángel en sueños te visitó
Y no pudiste evitar
Caer rendida ante tal belleza
Algo tan maligno y celestial
No fue hasta el momento en que te abrazó
Que sentiste tus latidos mezclarse a los de él
Una sensación tan mágica
En el beso eterno
Con sabor a paraíso, a leche y miel
Pero aquello ¿será en verdad un ángel?
Algo tan seductor, tan escultural
Debe haber algo maligno, pero tan extasial
Un vampiro, merodeador nocturno
En ese beso que antes me supo a gloria
Hoy sólo siento el sabor de mi sangre
Recorriendo cálidamente nuestras bocas
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